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domingo, 24 de noviembre de 2019

Cigarrilos electrónicos

Hoy en día se saben de sobra las consecuencias que acarrea para la salud el consumo de tabaco. Pero, la mayoría de la población aún desconoce los perjuicios ocultos tras los nuevos inventos que tratan de ser los sustitutos "saludables" a este legendario vicio.

Los cigarrillos electrónicos son mundialmente conocidos, todos tenemos algún amigo o familiar el cual utiliza este aparato diariamente, pero ¿realmente conocen los consumidores los efectos sobre su salud? Estos dispositivos se han introducido en nuestra sociedad como los perfectos sustitutos del tabaco; quizá la droga blanda más conocida en el mundo y una de las causas de muerte más notable. A ojos del empresario que comercializa con este producto, se podría definir como el artefacto capaz de unir salud y vicio; diseñado para aquel fumador empedernido cuya adicción al tabaco supera con creces sus fuerzas de voluntad por dejarlo, su consumo por tanto le ayudará poco a poco a quitarse el "mono" de encima mientras que su salud no es dañada. Pero ¿hasta dónde es esto cierto?

Los cigarrillos electrónicos no queman tabaco sino que calientan determinados sustancias líquidas (químicos de laboratorio) hasta el punto de vaporización , momento en el cual lo inhala el consumidor, motivo por el cual se denomina a esta acción con el nombre de vapeo.

El consumo de estos dispositivos produce la liberación de formaldehido y acetaldehído en el interior del organismo; compuestos químicos cancerígenos liberados por la combustión de otros mayores, esto también ocurre de igual forma en la quema del tabaco. Además los niveles de níquel y nicotina son en la mayoría de casos más elevados que los hallados en una cajetilla de 20 cigarros, algo verdaderamente preocupante.

Los daños a nivel pulmonar no están aún confirmados en una población lo suficientemente amplia al ser un producto tan novedoso. Aunque sí se han dado casos de irritación de las vías aéreas y garganta, así como el desencadenamiento de brotes de asma.
Los daños a nivel cerebral se catalogan en general como la creación de una nueva adicción a estos dispositivos a la vez que se reduce la adicción al tabaco convencional.

Por suerte, la venta de estos productos está bastante regulada, administrando las dosis apropiadas para cada consumidor y prohibiéndose la compra a menores de edad, ya que aunque para los adultos puede ser una escapatoria del tabaco, para los más pequeños puede ser una introducción al mundo de las drogas.

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